
HAN TEMIDO MI ÚLTIMA NOCHE
El viento susurra entre los árboles. El sendero familiar espera.
La joven teme el viaje a casa, en el abrazo de la noche de primavera.
Las sombras de los árboles, huesudas, se alargan.
Bajo el resplandor lunar, las ramas se aferran al dobladillo de su vestido.
Recita oraciones, suplicando a los ángeles
Mas un pájaro negro —un presagio— sobrevuela alto.
Y desde la penumbra unos ojos observan,
Acechando a su presa, buscando extinguir la llama de su vida.
”He gritado de terror en las sombras, mientras
Bailaba en tus crueles garras.
No muchos años prometieron los cuclillos,
Aterrorizados de mi última noche.
Bajo los mirtos del pantano, me marchito.
Pero en mi vestido blanco, seré recordada.”
”El viento aúlla en los árboles, el bosque susurra mi nombre.
No puedo soportar ver su rostro. Lavo mis manos en un arroyo.
Cuando las dudas surgen, debo ocultar las huellas.
No confieso mis pecados, cavo tumbas para ellos.”
La noche está en silencio, mientras la fosa en el pantano se hace más profunda.
Rompe una rama de pino y marca la tumba.
El cielo se oscurece.
Nada volverá a ser como antes.