La vida fue un largo viaje lleno de pruebas. Sin embargo, los últimos años fueron como un dolor agridulce, y tantas veces había deseado que el sufrimiento finalmente llegara a su fin.
Ahora ese momento había llegado. Una última respiración laboriosa y un suspiro de alivio.
Ellos, los silenciosos, ya estaban allí. Habían venido a buscarlo, al lugar donde sus antepasados, amigos y seres queridos ya lo esperaban. Al reino de los muertos, al abrazo de la eternidad. Allí descansaría finalmente, sumida en la paz.